El Fuerte de Montegualandro, que ocupa una posición dominante en una colina a 450 metros sobre el nivel del mar, es una fortificación que ha sido codiciada por muchas personalidades y que ha desempeñado a lo largo de los siglos un papel muy importante en la zona de Trasimeno.
Su construcción parece remontarse a la época etrusca, cuando la gente la construyó para protegerse del enemigo. El Fortilizio y el territorio circundante son también conocidos por haber sido escenario de la sangrienta batalla de Trasimeno, librada en el año 217 a.C. entre las tropas dirigidas por Aníbal y las del cónsul romano Flaminio, este último víctima del trágico epílogo de la guerra junto con muchos otros soldados romanos que cayeron durante la emboscada.
Según algunos estudiosos, el nombre Montegualandro se remonta a la palabra griega gala, que significa leche, dada la abundante cantidad de leche producida por los rebaños de esta región.
Hubo numerosos enfrentamientos por la posesión de la fortaleza entre los habitantes de Perugia y los de las ciudades vecinas de la Toscana.
De hecho, el castillo fue propiedad de muchas personalidades y familias prominentes a lo largo de los siglos, como el marqués Uguccione II, Federico Barbarossa, los marqueses Ranieri, Montemelini, Tarlati y Ferdinand II de Medici Gran Duque de Toscana y también fue visitado por personalidades influyentes en el mundo del arte y la literatura, como Byron, Goethe y Hawthorne. Actualmente el Fuerte de Montegualandro y todo el complejo no pueden ser visitados porque la fortificación militar se ha convertido en una propiedad privada y hoy en día es una residencia noble de lujo.
Sin embargo, es interesante admirar la construcción desde el exterior, contemplar las imponentes murallas, la exuberante vegetación y la maravillosa vista que se puede disfrutar de los alrededores del lago Trasimeno.