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Iglesia de San Claudio

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La iglesia de San Claudio está situada fuera de las murallas de la ciudad, cerca del Anfiteatro y es un maravilloso ejemplo de iglesia románica de Umbría, ya que ha mantenido casi inalteradas las características del lenguaje artístico franciscano entre los siglos ⅩⅡ y ⅩⅢ. En resumen, como afirma el historiador local Dazio Pasquini, «una de las pocas iglesias de Spello que no tenía dinero para ser barroca…».
Según un documento de 1178, la iglesia pertenecía a la Abadía de San Silvestre de Collepino, de orden camaldulense; antes de 1393 pasó a manos de la comunidad de Spello, aunque continuaron pagando a los monjes de San Silvestre una cuota anual.
A partir de finales del siglo XIV, después de que el papa liberase a la iglesia de Spello con indulgencia plenaria, ésta se convirtió en un centro religioso popular, donde se celebraban fiestas, lo que requería la construcción de dos porches a cada lado del edificio.
El terrible terremoto de 1832 causó daños en la estructura, que fue objeto de restauración, al igual que ocurrió en el siglo XX. Tras el terremoto de 1997, se emprendieron otras obras, incluida la restauración de los frescos, finalizada en 2009.
La fachada de la iglesia de San Claudio, de piedra caliza blanca, es interesante ya quees ligeramente asimétrica; en la parte superior hay un magnífico rosetón, flanqueado por dos ajimeces. Finalmente, en la parte superior se alza el campanario en dos órdenes, donde antes estaban las campanas, y en los extremos dos estatuas de águilas, ahora acéfalas.
El interior tiene tres naves divididas, a la derecha por columnas y a la izquierda por pilares en los que aparecen frescos de San Claudio en toda su longitud, que tiene en la mano sus herramientas detrabajo: el escuadra, el cincel y el martillo. En el ábside se encuentra el altar hecho a partir de la tapa de un sarcófago.
Las paredes interiores del edificio estaban casi totalmente pintadas, pero hoy sólo quedan algunos restos, entre ellos el ciclo de frescos de la Cola di Petruccioli, el Misterio de la Redención en el presbiterio y las huellas de una Crucifixión en la pila del ábside.

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