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Descubre Asís: la ciudad del alma

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Descubre la ciudad del alma, el espléndido pueblo patrimonio mundial de la UNESCO que dio a luz a San Francisco de Asís.

Ya sea que llegues desde la estación o desde la carretera, la pequeña y majestuosa Ciudad Seráfica, subiendo por la cima de su colina al pie del verde Monte Subasio, comienza a sorprenderte desde lejos. Ya desde la llanura, cubierta de campos de trigo y girasoles, se distingue con increíble claridad la mayor parte del Sagrado Convento, que marca la parte oriental de la ciudad y parece empujar hacia arriba el resto del pueblo, que sube para detenerse a un paso de la cima, ocupada por la Fortaleza Mayor. Esta última está aislada por una franja arbolada, hasta el punto de que, por la noche, cuando las luces naturales están apagadas y las artificiales encendidas, parece flotar. Esta es la postal más clásica de Asís, de las que se pueden encontrar en todas las tiendas de recuerdos y en todas partes de la web, lástima que nunca podrán devolverte la sensación de ver la escena en directo, justo desde allí, en medio de los campos de girasoles.

En realidad, Asís no necesita una gran introducción, porque es la ciudad de Umbría más famosa del mundo. Fue la ciudad que dio a luz a San Francisco, uno de los más grandes revolucionarios de la Iglesia Católica, y a Santa Clara, su fiel seguidora. Es un templo de santidad y espiritualidad desde la antigüedad, hasta el punto de merecer el apodo de «Ciudad de la Paz«.

Pero, cuidado, esto no debe inducirte a error. A pesar del aura salvífica y celestial que emana, la ciudad ha vivido largos períodos en los que era mejor mantenerse alejada de ella. Durante siglos fue escenario de guerras sangrientas, luchas internas y saqueos continuos. Comandantes como Carlomagno, Federico Barbarroja, César Borgia y muchos otros querían ponerlas manos en la masa. Las continuas invasiones provocaron hambrunas y epidemias que disminuyeron drásticamente la población. Además de los extranjeros, los mismos asisianos no eran para menos. La rivalidad entre los güelfos, partidarios del Papa, y los gibelinos, partidarios del Imperio, fue más sentida que nunca en la ciudad. Los asesinatos y las represalias entre las distintas familias estaban a la orden del día. Parece una paradoja, pero en el siglo XIV la ciudad fue prohibida por orden del Papa de los sacramentos religiosos y una gran parte de su población excomulgada. Fue una locura atravesar la ciudad desarmada. Por si fuera poco, los terremotos nunca la dejaron en paz. Basta pensar que entre los siglos XIV y XIX tenemos memoria de cuarenta terremotos que devastaron el centro y pusieron de rodillas a sus habitantes.

Descubre que Asís, como todas las ciudades, tiene un lado oscuro, y al visitarla se puede disfrutar imaginando todo lo que ha pasado en el curso de la historia a lo largo de las calles empedradas y blancas, en las plazas seráficas y frente a las magníficas iglesias. La belleza y la importancia de este lugar llamará inmediatamente tu atención.

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